“Ocurrió que el famoso compositor Manuel de Falla, un hombre de suaves modales, traje oscuro y sombrero, que podría haber pasado por un profesor universitario, nos invitó a un pequeño teatro en Barcelona para ver la comedia El Corregidor y la Molinera, de Gregorio Martínez Sierra y para la que ya había compuesto la música.
Una noche, en el café Novedades, vimos a un joven bailarín, pequeño y oscuro, cuyos elegantes movimientos e intensidad cautivadora le diferenciaban del resto del grupo. Cuando terminó de bailar, Diaghilev le invitó a unirse a nosotros en nuestra mesa. Se presentó como Félix Fernández García. Tomamos el hábito de acudir todas las noches al café a verle bailar, y cada vez estábamos más impresionados de su exquisito estilo flamenco, del ritmo de sus movimientos y de su precisión y perfecto control.
Foto: Léonide Massine (Molinero, El sombrero de tres picos)

Bajo la tutela de Félix, comencé a comprender la gramática fundamental de las danzas populares españolas y fui capaz de visualizar cómo se les podría dar un tratamiento coreográfico más sofisticado. Para ayudarme en el trabajo, Diaghilev organizó un viaje por España para estudiar la infinita variedad de danzas populares nativas. Con Falla y Félix como tutores, Diaghilev y yo éramos ansiosos y receptivos estudiantes. Durante el seco y caluroso verano español viajamos lentamente visitando Zaragoza, Toledo, Salamanca, Burgos, Sevilla, Córdoba y Granada.
Éramos un gracioso cuarteto unidos por nuestro interés en la cultura y la música españolas.
Pasábamos los días haciendo turismo por los monasterios, museos y catedrales y las noches en cafés disfrutando de los bailarines locales y discutiendo los planes para nuestro ballet. Félix, por supuesto, fue de gran ayuda durante el viaje. Organizó numerosas actuaciones especiales para nosotros, y pasamos muchas noches escuchando a selectos grupos de cantantes, guitarristas y bailarines cantando y bailando la jota, la farruca o el fandango. Era obvio ver que a Falla le fascinaba el baile de Félix y gran parte de la música que escuchaba. Prestaba gran atención a los detalles, y continuamente escribía pasajes de música en el cuaderno que siempre llevaba. Me dijo que quería que las danzas en el ballet se desarrollaran naturalmente a partir de la historia y que planeaba crear toda la partitura, ampliándola con nuevos temas, pero basándose en su inspiración original y simplificándola a través de una construcción clara y lógica.»
Léonide Massine, autobiografía.
Centenario de El sombrero de tres picos (1919 – 2019)
Coreografía: Léonide Massine
Música: Manuel de Falla
Libreto: María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra
Escenografía, vestuario y maquillaje: Pablo Picasso
Puesta en escena: Lorca Massine (Bailarín y coreógrafo, hijo de Léonide)
Estreno mundial: Ballets Rusos de Diaghilev, Alhambra Theatre. Londres, 22 julio de 1919
Reposición y estreno de la Compañía Nacional de Danza para el Festival de Granada, 6 julio de 2019